El desorden tiene un coste, y no es bajo. Aunque eres del tipo que «te encuentras en tu desorden», puedo asegurarte que incluso para ti el desorden crea estrés.
No es algo que puedas evitar,ya que tu cerebro está programado para advertirte sobre situaciones de riesgo y en el fondo sabes que la situación no es ideal. Esto hace que el cerebro envíe una «alerta» cada vez que pasa por el desorden. Es una cuestión pendiente por resolver. Esta alerta diaria, varias veces al día, es muy perjudicial para su salud.
Si generalmente no organizas tu hogar, es probable que ya haya comprado algún producto y descubierto días después de que ya tenía un producto igual, simplemente porque no lo recordaba.
Un ejemplo típico: Si necesitas ahora mismo 4 pilas de tamaño AA. Sabes que las tienes. Pero no sabes dónde está. Así que, buscarás por toda la casa las pilas y no las encuentras; entonces irás a comprar un paquete nuevo. Con lo cual, gastas el doble porque compras algo que ya tenías.
Otro ejemplo es cuando estropeamos un producto de alto valor financiero o sentimental por no guardarlo de la forma correcta o por dejarlo en cualquier lugar.
Más allá del presupuesto, el desorden también puede afectar nuestro lado emocional. Cuanto más desorden tengamos en casa, más tiempo llevará poner todo en orden. Esto al final resulta en cansancio. También hay quienes ni siquiera comienzan una tarea anticipando el estrés de tener que poner todo en su lugar.
Para que el desorden en tu hogar no dañe tu bolsillo o tranquilidad, tenemos algunos consejos para ordenar los espacios de tu casa:
- En primer lugar, tenga en cuenta que no necesitas organizar todas las habitaciones a la vez. Esto solo hará que te sientas cansado, estresado y desmotivado para repetir la tarea cuando sea necesario. Hoy puede ser un cajón, mañana el armario, etc.
- Si ni siquiera sabes por dónde empezar a organizar, salga a dar un paseo, regrese y fíjate en lo que más te molesta. Esto es lo que debes ordenar primero.
- Menos es más. Olvídate de tener dos productos iguales como precaución, y tenga en cuenta que muchos de sus artículos podrían ser disfrutados por otros.
- Tómate un día para separar tus pertenencias. Para hacerlo más fácil, coge tres cajas y en una de ellas escriba «guardar», en la otra «tirar» y en la tercera «donar». El primero debe ser los artículos que desea almacenar, el segundo los productos rotos o dañados, y el último los que aún están en buenas condiciones y pueden ser donados.
El desorden te aleja del verdadero propósito de tu hogar.
Para mí este es el coste más alto del desorden.
Cuando eliges una residencia, haces planes, imaginas a tu familia en ese entorno y visualizas cada espacio en todo su potencial. Planeabas tener un lugar tranquilo para refugiarte al final de cada día. ¿Qué pasó a medio camino?
Si tus «cosas» te molestan, ¡toma medidas! ¡Recupera el control! ¡Las cosas deberían adaptarse a ti, no al revés!
Mira a ese espacio desordenado y pregúntate: ¿Qué podría hacer con este espacio si este desorden no estuviera aquí? ¡Conviértelo en un objetivo y lucha por ello!
Si tienes tiempo para dedicarte a esta tarea, ¡priorice!
Si no tienes tiempo, ¡pide ayuda! ¡Los organizadores personales están ahí para eso!
Deshacerse del desorden te hará sentirse más libre.
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